Recopilatorio de anécdotas en furgoneta camper y autocaravana


Hace unas semana lanzamos a través de las RRSS la pregunta "Qué anécdota os habían pasado con vuestra furgoneta camper o autocaravana" donde muchos de vosotros nos contasteis vuestra anécdota  Aquí os dejamos el recopilatorio de todas ellas.

Página de Facebook de Viaxando en furgo
👇👇👇

Verónica De ruta con unos amigos, nos dejan un gps, nunca habíamos utilizado uno, somos de Sevilla, y esto fue por la Rioja, nos pillo la noche, íbamos por el campo, buscando un sitio bueno para pared a echar la noche, y en el gps habíamos puesto el pueblo mas próximo, y el gps todo el tiempo diciendo siga recto, siga recto, todo esto en un camino de campo súper estrecho y no se veía nada ni a un lado ni a otro de la carretera, todo oscuridad y de repente....frenazo!! Casi nos metemos de lleno en un lago! El lago se había comido la carretera. No podíamos dar la vuelta, y echamos unos km marcha atrás, y en un recoveco nos paramos y echamos la noche. Cuando amaneció no nos lo podríamos creer habíamos hechos unos cuanto km pegados al lago y no lo habíamos visto. Fue toda una experiencia. Y por cierto, el gps nos dijo varias veces:  Gire bruscamente hacia la izquierda, bruscamente!! Jajaja

El grupo de Facebook de Autocaravanas Campers y viceversa

Mariano Bueno, con AC no, pero con tienda de campaña, hace muchos años en la Rioja acampamos, de noche y sin saberlo, en el lecho de un río seco y se puso a llover por la noche, con lo que tuvimos que salir corriendo y terminamos durmiendo en el coche

David Algo parecido me ocurrió pero con nieve. Aparque un día por la noche apoyado en el asfalto mi T3, donde estaba el área de Sierra Nevada, y a las 6 de la mañana me desperté con frío porque se había apagado la calefacción. Cuando abrí la puerta corredera me entró nieve dentro de la furgo, de todo lo que había caído en 6 horas y el motor congelado



Richard A mi me paso en Enguidanos Cuenca en la playa ... aparcamos por la noche a dormir y por la mañana el agua pegada a la furgo y de noche estaba lejos, menuda suerte porque yo soy de aparcar cerca cerca del agua para oír la corriente.

Varios Bloguers nos comentan sus anécdotas

Alba del blog:  SlowNeando

Nuestra primera salida con la furgo vamos rumbo a Cabarceno. Al llegar no hay nadie y pasamos la noche solos en el parking de la entrada cuando a mitad de la noche la furgoneta empieza a balancearse de un lado a otro, asustados pensando que algún grupo de graciosos estaban empujando la furgo corremos las cortinillas y vemos una vaca enorme rascándose el costado contra el piloto izquierdo del morro de nuestra furgo. 
Pitamos y su cara fue de "Ey, me pica la espalda, ¿vale?"

Maider del blog: BidaiOn

En nuestras primeras salidas el gps nos llevo por una carretera en la que el paso al otro lado era bajo la autopista y la altura máxima era de 2.5. Hubo que bordear la rotonda y volver sobre nuestros pasos. Aun no tenemos anécdotas gordas que contar pero sí muchos miedos que solucionar, como la de "has puesto el freno de mano? No te parece que se mueve la auto?" y no, no se movía pero la cabeza juega malas pasadas.

Oiartza del blog:  FurgoBidaiak

¿Os han robado alguna vez? Lo nuestro fue un robo frustrado, chapucero y sin fundamento:
Todo ocurrió hace unos 5 años, nuestro hijo cumplió los 8 meses justo el día que embarcamos en el ferry rumbo a Córcega. Recorríamos la isla con nuestra antigua Marco Polo, una furgo que nos dio mucha vida y mil disgustos…Pero al grano, era nuestra primera vez con nuestro pequeño por Europa, en furgo…Y no nos sentíamos muy seguros, así que decidimos coger plaza de camping, en municipal Ota Porto. 

Nos pusimos de vecinos con dos furgonetas alemanas, también con niños. Nos instalamos, desplegamos el campamento ( sillas, mesa, cables…) y decidimos pasar el resto del día en Porto. Al día siguiente realizamos una excursión a La Forêt d´Aïtone y sus cascadas. Pero lo básico del campamento (sillas, mesas, cables, cocina…) se queda en la parcela como tantas y tantas veces. Disfrutamos de nuestra excursión con unos refrescantes baños en las pozas, pero el disgusto se presenta al atardecer, cuando regresamos de pasar el día. ¡NUESTRO CABLE DE ENGANCHE ELECTRICO NO ESTÁ! ¡Y nosotros que teníamos pensado hacerle un puré a Eneko!

Cuando nos percatamos y comenzamos a indagar, nuestros vecinos alemanes se nos acercan a contarnos extrañados que un hombre, ya mayor, con el pelo largo y canoso se había llevado nuestro cable. Ellos se habían quedado de piedra pues sabían quién estaba en esa parcela, y poco les había faltado para llamarle la atención, pero al final, no se atrevieron y se lo llevó. Mis años de estudio de alemán me ayudaron a desenvolverme bien en el idioma y tras despedirme y quitarles la sensación de culpa que tenían, Marko y yo trazamos un plan. El cable, según Marko, era reconocible entre mil. Lo cierto es que nos lo hizo mi hermano que es electricista y no hay otro igual, así que manos a la obra. Esa noche nos acostamos pronto. Marko se puso el despertador hacia las 6:15 de la mañana para levantarse e inspeccionar todos y cada uno de los cables que había en ese polvoriento camping, y…¡SORPRESA! ¡Lo encontró! Unido en medio de la carretera que cruzaba el camping con otro cable más viejo, y ese con otro y el otro… Toda esa cadena le condujo hasta el mangante, que no era otro que el señor de pelo largo y canoso. Lo habían usado para enchufar una neverita que tenían dentro de una tienda canadiense ya que su cable no era lo suficientemente largo. Después de unas palabras, breves pues mi marido, Marko, jamás alza la voz, ni se enfada en exceso… Le dijo tajantemente que el cable era nuestro y que se lo llevaba (todo esto en un francés correcto) el señor canoso, que en realidad era italiano y andaba de hippie con su pareja por la vida, se quedó sin argumentos rápidamente y lo único que se le ocurrió decir fue que como el cable estaba allí tirado lo cogió! ¡En fín! ¡Que a aquel hombre también le debían crecer las lechugas en el frigorífico!

Millán del blog Millandasairas

Una noche agradable en uno de esos pueblos costeros del norte de Portugal ponía el punto final a una jornada de carretera y turismo.

Solo quedaba mover la furgo hasta un lugar tranquilo en el que pasar la noche y para ello aquel aparcamiento a pie de playa por el que habíamos pasado al llegar, parecía una excelente opción.

Bien aparcados, con los protectores puestos en los cristales, la cama montada y los pijamas bien puestos, llegaba el momento de lavarse los dientes e irse a dormir. De repente, sonidos de vidrio rompiéndose a lo lejos en el exterior llamaron nuestra atención.

Asomamos la nariz por detrás del protector y, con la tenue luz de las farolas como única iluminación, lo primero que vimos fue una pareja montándoselo en el coche aparcado al lado. Un poco más lejos, un grupo le daba alegría al hígado en una suerte de improvisado botellón. Mientras, las botellas vacías iban impactando contra el asfalto cada vez que acababan una.

Todo ello bajo la presencia de una discoteca bien iluminada, con sus carteles luminosos, sus neones y el sonido sordo de la música retumbando a lo lejos. Acababa de abrir y el aparcamiento de la playa era también el de la discoteca por la noche.

¿El final de la historia? Acabar conduciendo en pijama y con la cama montada en busca de otro lugar más tranquilo en el que dormir...

Muchas gracias a todos por participar, si tienes alguna historia que contar puedes hacerlo en los comentarios.